La terapia de grupo con adolescentes TDAH

La mayoría de los chicos y chicas con TDAH presentan una serie de dificultades que se centran principalmente en la poca capacidad de planificación, organización y una mala gestión del tiempo. Además de contar con una escasa motivación hacia la consecución de objetivos a largo plazo, tampoco debemos olvidar los ya conocidos problemas de atención, concentración y memoria que dificultan el estudio y el trabajo diario. Con el paso a la educación secundaria, se hace más patente el aumento de la exigencia y las demandas hacia un mayor desempeño en el trabajo diario en base a todas estas capacidades.

A partir de ahora, se les exige tener un buen control de la agenda, estudiar con antelación, hacer esquemas y resúmenes, sin olvidarnos de tener que llevar los libros y todo el material necesario de casa al instituto y viceversa.En esta nueva etapa, deben acostumbrarse a que ya no cuentan con un único profesor para todas las materias y por tanto el grado de supervisión y control es menor. En el instituto se espera que los alumnos adquieran cierto grado de independencia, autonomía y capacidad organizativa a la que no están acostumatsLlavors, no es de extrañar que para la mayoría de los chicos y chicas, esta nueva etapa se presenta como una época difícil llena de cambios y dificultades que pueden verse incrementadas si el adolescente que se enfrenta a todo esto sufre de TDAH.

Teniendo en cuenta toda esta problemática, se ha diseñado un nuevo tipo de intervención que resulta de la combinación de diferentes modalidades de intervención terapéutica como son la terapia de grupo, las técnicas cognitivo-conductuales.

En este programa, los chicos y chicas conocerán que es el TDAH y cuáles son sus principales manifestaciones e implicaciones, así como cuál es la mejor manera de superarlas.

Trabajaremos sobre la motivación y la consecución de objetivos, la planificación y organización. La proactividad, la asunción de responsabilidades y la atención y concentración en los estudios.

Todo ello con el objetivo de crecer, conocerse a uno mismo y mejorar tanto en casa como en la escuela.

El abordaje habitual de este trastorno se centra principalmente en intervenciones multi-modales que pueden combinar tratamientos de tipo reeducativo (en los que se pueden trabajar la capacidad de atención, memoria, técnicas de estudio …) con medicación estimulante (metilfenidato) y el entrenamiento de padres en técnicas de modificación de conducta.

Si bien se pueden obtener óptimos resultados, estos pueden ser limitados ya que es posible que aparezcan una serie de problemas que dificulten la intervención:

  • Se presta poca atención a la enseñanza de estrategias y pautas que mejoren la capacidad de organización, planificación y gestión del tiempo.
  • Los habituales conflictos entre padres e hijos se ven exacerbados en la adolescencia. Muchos se ven incapaces de intervenir o están poco capacitados para hacerlo con un adolescente con TDAH.
  • Las sesiones suelen ser una vez por semana, un hecho que dificulta el aprendizaje de nuevas pautas por parte del paciente debido a la incapacidad de realizar un seguimiento diario por parte del terapeuta.
  • Muchos hombres y mujeres no saben exactamente que les pasa y donde está la causa de sus dificultas. Un hecho que conlleva que lleguen a sentirse diferentes o discriminados del resto de iguales. En bastantes ocasiones se presentan problemas de autoestima.

Por estas razones, el diseño del programa se ha elaborado teniendo en cuenta estos argumentos:

  • Al trabajar en grupo los chicos y chicas no sienten que están solos ya que todos se enfrentan a las mismas dificultades. Se permite crear una sana competitividad que motive hacia el cambio.
  • Al dejar de intervenir directamente a los padres, la responsabilidad del cambio recae sobre ellos mismos. Únicamente van a rendir cuentas de su comportamiento hacia el grupo y el terapeuta.
  • Se pueden utilizar las experiencias positivas y negativas de los otros para el propio aprendizaje.
  • Realizando una tarea psicoeducativa sobre el trastorno, los chicos y chicas aprenden a reconocer tanto sus puntos débiles como sus puntos fuertes. Todo ello contribuye a la propia aceptación y el compromiso de un cambio positivo.

 

Por último, cabe destacar que el presente proyecto no pretende ser sustituto ni ofrecerse en modo alguno como alternativa única a modalidades de intervención comentadas con anterioridad. Más bien al contrario, se considera que estas son perfectamente compatibles y en muchos casos necesarias.

 

Bernat Coll

psicólogo