Decálogo del niño con altas capacidades

Ya en infantil se pueden hacer patentes indicadores que deberían hacernos sospechar

que presenta un desarrollo cognitivo más avanzado

 

 

 

 

 

No existe una única teoría ni ninguna descripción homogénea que defina específicamente las altas capacidades intelectuales. Aunque se suelen detectar en los primeros cursos de Primaria, en la etapa infantil se pueden hacer patentes indicadores que deberían hacernos sospechar que un niño presenta un desarrollo cognitivo más avanzado de lo que le correspondería por edad. Por ejemplo:

– Desarrollan el lenguaje de manera precoz, hacia los 12 o 18 meses. Empiezan pronunciando muchas palabras y pronto pueden mantener una conversación con vocabulario y léxico propios de fases posteriores. También suelen iniciarse en la lectoescritura antes de que los compañeros.

– Son niños observadores y curiosos.

– Se empiezan a preocuparse por temas abstractos y trascendentes como el origen de la vida y el universo, la muerte, etc.

– Las creaciones artísticas y construcciones suelen ser muy ricas y creativas.

– Tienen gran capacidad de concentración. Son persistentes con los objetivos.

– Predomina el pensamiento lógico y la razón.

– Pueden ser hipersensibles y emocionalmente muy intensos.

– La mayoría tiene asincronía cronológica o emocional, es decir, su edad cronológica no se corresponde con la mental.

– Suelen ser enérgicos y activos. Pueden ser niños muy ágiles y trepadores.

– Tienden a cuestionar cualquier autoridad, como puedan ser los padres o los maestros. Pretenden, casi siempre, imponer su criterio. Son desobedientes.

– Pueden mostrar resistencia a las instrucciones o aportaciones de los demás.

– Exigen mucho de ellos y de los demás.

– En algunos casos presentan un comportamiento obsesivo. Pueden ser muy rígidos e inflexibles.

– Necesitan tener éxito; son vulnerables al fracaso y al rechazo de los compañeros

– Sienten frustración con la inactividad o la falta de progreso.

Teniendo en cuenta todos estos factores y en un intento de ponernos en la piel de estas niños, podría ser que nos explicasen estas diez cosas:

– Quizás hablo por los codos. No me digas que se calle ni que somos un pesado. No lo hago para molestarte. Lo hago porque mi cabeza está lleno de ideas y preguntas. No lo puedo evitar. Puedo tener un gran abanico de intereses y, por tanto, un montón de temas de conversación. Enséñame, eso sí, que hay que respetar el turno de palabra. Somos bastante impulsivo ya veces no sé esperar. Trate de no responderme con un «no sé» para acabar rápido la conversación. Esto no hará más que aumentar mi inquietud. Quizás crees que somos demasiado pequeño para entender determinados temas, pero la verdad es que te sorprendería mi capacidad de comprensión.

– No soy hiperactivo Soy activo y movido, eso sí. En los momentos en que no tengo ningún estímulo cognitivo, m’autoestimul a través del juego o del movimiento. Vivo en un estado permanente de hiperatenció. Somcapaç de fijarme en cosas que tú ni has visto. Puedo captar palabras, sonidos o frases que oye en la radio o en la televisión (aunque tú creas que no pos atención). Ofrece me retos, estímulos, motivaciones que capten mi interés y verás como sí puedo mantener la atención durante un buen rato. Déjame explotar mi creatividad. Tengo muchas ideas y necesito expresar de alguna manera.

– Es posible que, además de altas capacidades, posea una alta sensibilidad. Esto quiere decir que cuando estoy contento lo estoy mucho, eufórico y todo, pero cuando estoy triste, enfadado o frustrado también lo estoy mucho. Enséñame a regular las emociones. No te enfades tanto como yo, ni me grites tanto como esté llamando yo. Cuéntame que me puedo desahogar tanto como quiera pero que la situación es la que es. Poco a poco me iré autocontrol. Pero para ello necesito que tú te mantengas sereno.

– No me llames para imponer tu criterio. Llegamos a pactos, negociamos, cuéntame las cosas. Debe bastar que me digas una vez.

– Ponme normas y límites. Yo ahora aún no lo sé, pero cuando sea grande lo agradeceré. Y tú también. Tengo una gran capacidad de razonamiento y comunicación, por eso siempre intentaré llevar a mi terreno. Pero yo somos pequeño, tengo que aprender muchas cosas, entre otras que no siempre puedo salir con mí.

– No olvides la edad que tengo. Es cierto que parece más grande de lo que somos en muchos aspectos, pero la edad cronológica es la que es. Si a veces hago rabietas no siempre es porque mi carácter es así. En hago porque somos pequeño.

– Es posible que tienda a la obsesión. Necesito tener las situaciones controladas y saber qué pasará en cada momento. Pero sorprende me introduciendo pequeños cambios en mis rutinas. Tengo que aprender que en la vida no todo siempre sale como teníamos previsto. Con cadacanvi lo pasaré mal ahora, pero esto me ayudará a ser un adulto fuerte. Recuerda que la sobreprotección desprotege.

– Juega conmigo, sobre todo si te lo pido. Pero no quieras dirigir los juegos. Déjame ser espontáneo y creativo. Si ves que algún día quiero jugar solo, respecta’m. Somos autónomo ya veces no necesito nadie.

-Es muy probable que en algún momento me aburra en la escuela. Parecerá que me despiste, aunque en realidad estaré buscando elementos para saciar mi curiosidad. Por ello, ayúdame a adquirir hábitos de estudio. Me harán falta.

– Tener altas capacidades no es negativo, por lo tanto no lo vivas como un problema. No somos raro, ni diferente. Somos especial, pero crecer juntos será una experiencia extraordinaria.

 

Coloma Mateu

         Pedagoga