Cómo ayudar a los hijos a los estudios

Aparte de estar a su lado, hay diez actuaciones básicas en el ámbito familiar, no muy complicadas, que pueden favorecer el éxito escolar de los niños

Cuando hablamos de ayudar a tu hijo en los estudios, no se trata de que le redactes tú el trabajo de Sociales que tiene que hacer para el lunes ni que tengas que esforzarte mucho con la escuadra y el cartabón para completar las láminas de plástica que deberá entregar mañana y que todavía no ha empezado a hacer. Tampoco es necesario que le hagas tú los esquemas del tema 6 de Sociales por ahorrarle la molestia y facilitarle así las cosas. Es tu hijo quien tiene que hacer todo esto.

Por supuesto, será de gran ayuda que, como padre o como madre, estés a su lado ayudándole a organizarse, supervisando su trabajo y animándole a mantener una actitud positiva respecto del estudio, pero , aparte de eso, hay toda una serie de actuaciones no muy complicadas que pueden marcar la diferencia en el rendimiento de tu hijo. diez claves

Se pueden resumir en diez puntos clave las actuaciones que, desde la familia, favorecen (y mucho) el progreso escolar de los hijos:

  • Mantener una actitud positiva y de respeto hacia el centro educativo y su profesorado.Incluso ante desacuerdos entre la familia y la escuela (por ejemplo, por considerar inadecuada una sanción cuando hay un problema de conducta) es importante reconocer el valor de esta medida educativa y ocultar, frente al hijo, las discrepancias. Así evitamos que pierda el respeto al profesorado y que comprenda que hay acuerdo y unión entre la escuela y la familia en cuanto a objetivos educativos básicos.
  • Crear un espacio de estudio fijo, funcional y confortable, Que sea siempre el mismo, que sea cómodo y silencioso, que invite al estudio y que esté alejado de las distracciones. Debe tener una mesa de estudio ancha y una silla cómoda y recta, buena iluminación y posibilidad de ventilación. La mesa de trabajo debe estar ordenada con todo el material necesario y con una estantería cerca para colocar todo el material.
  • Exigir un tiempo de estudio adecuado al nivel educativo y las características personales del niño, con una hora para empezar y otra para finalizar. En caso de que no se cumpla este horario, debe haber consecuencias negativas (inmediatas, proporcionales y adaptadas a su nivel de madurez). Por el contrario, siempre hay que valorar y reconocer su esfuerzo (al margen de las resultados finales).
  • No sobrecargar las tardes con actividades extraescolares. Si llega demasiado tarde a casa, estará demasiado cansado para ponerse a estudiar en condiciones. También le debe quedar tiempo para la relajación, el juego y la diversión.
  • Ayudarle a organizarse ya planificarse.Por ejemplo, podemos elaborar un horario semanal con el tiempo de estudio y de recreo y colgarlo en un lugar visible de la habitación. También es importante orientar para que aprenda a estudiar de manera eficaz (enseñarle a subrayar, hacer esquemas, a memorizar …).
  • Es necesario que aprenda que él es el responsable de sus estudios, los deberes y los exámenes. Si tiene alguna dificultad, debe buscar la solución por sí mismo (llamando a un compañero de clase, pidiendo ayuda al profesor …). No es necesario que estemos pendientes de lo que se dice en el WhatsApp del grupo de padres de la escuela.
  • Supervisar su trabajo y mostrar disponibilidad. Una cosa es exigirle autonomía y otra dejarlo a su aire sin un mínimo control, sobre todo durante la Educación Primaria. Por lo tanto, debe haber un equilibrio entre fomentar la responsabilidad y la supervisión, que en muchos casos puede ser totalmente necesaria cuando se trata de niños que tienen dificultades de aprendizaje.
  • Controlar las horas de sueño y la alimentación. Los niños que tienen entre 6 y 12 años necesitan dormir entre 8 y 10 horas y los más grandes, entre 7 y 9. La falta de sueño afecta negativamente el rendimiento escolar, el estado de ánimo e incluso el desarrollo. Del mismo modo, el hecho de seguir una dieta inadecuada (en la que la merienda tiene una relevancia especial) perjudica el progreso escolar.
  • Controlar el tiempo que dedica a las pantallas (Televisión, tableta, consola, teléfono móvil …). Debemos evitar las partidas interminables de la Play, los mensajes e internet. Este ruido de fondo perjudica la atención y el rendimiento del niño.
  • Mantener un contacto personal con el centro educativo, Especialmente con el tutor. Es importante acudir a la reunión grupal de principio de curso y en las reuniones individuales con el tutor a lo largo del curso. Utilizar la agenda escolar o el correo electrónico es un buen recurso para transmitir información entre la familia y la escuela.

Si tienes en cuenta todos estos puntos, podrás prever y dar respuesta a cualquier dificultad que pueda aparecer en su aprendizaje, al tiempo que conseguirás que tu hijo sea autónomo y organizado, esté motivado y se sienta responsable en su proceso de aprendizaje.

Bernat Coll

psicólogo