No soy torpe, tengo dispraxia!

Se acerca el momento de ir de viaje de estudios y Carlos, un niño de 10 años al que le encanta estar con los amigos, no quiere ir. A raíz de la confusión de su entorno, Carlos me cuenta qué es lo que pasa. Resulta que no sabe atarse los cordones de los zapatos, le cuesta mucho abotonado los pantalones y las camisas y, incluso, si está en un ambiente con mucho movimiento o tiene prisa, las cremalleras se le resisten mucho. Al ponerse la camiseta, si está al revés, suele tardar un rato a girarla y ponérsela y, sin embargo, a veces todavía no sabe si se la ha colocado bien. A Carlos le da vergüenza ir de viaje y que sus compañeros puedan darse cuenta de estos problemas y reírse de él.

Carlos tiene dispraxia del desarrollo, Conocida con diferentes nombres: trastorno del desarrollo de la coordinación,dificultad del aprendizaje motor o dificultad en la planificación motora. Se trata de una condición cerebral que dificulta la organización de las sensaciones del propio cuerpo y la coordinación de los movimientos físicos. Se dice trastorno del desarrollo porqueel problema se inicia en la primera etapa de la vida del niño y se mantiene a lo largo de su vida.

La dispraxia puede afectar el desarrollo de habilidades motoras importantes como caminar y saltar. tambiénpuede afectar las habilidades motoras finas, Como los movimientos de la mano necesarios para escribir con claridad o los movimientos de la boca y la lengua necesarios para pronunciar las palabras correctamente.

A menudo la dispraxia no es diagnosticada ni reconocida, No se conoce tan bien como otras dificultades de aprendizaje y de atención como la dislexia y el TDAH, aunque es casi tan común como estas y con frecuencia se presentan de manera conjunta. Según las investigaciones,entre el 6% y el 10% de todos los niños tienen síntomas de dispraxia y es un trastorno más frecuente en los niños que en las niñas. Hay que tener en cuenta que no hay dos casos idénticos, hay diferentes grados de afectación y cada niño presentará unas características u otras, pero hay un denominador común, y es que, normalmente, los afectados son vistos como niños torpes, sin que nadie entienda realmente cuál es el origen del problema.

Debemos tener en cuenta que el proceso de aprendizaje de cualquier habilidad consta de dos fases:

  • Una fase intencional, en la que el sujeto ejerce un control voluntario en el conjunto de las acciones necesarias para realizar una tarea.
  • Una fase de automatización, en que el sistema nervioso del sujeto consolida cada acción para ejecutar la tarea con el menor coste de atención.

losniños con dispraxia no llegan a la fase de automatización, Por lo que necesitan planificar en exceso los movimientos que deben hacer para llevar a cabo cada actividad. Así, cuando aprenden un juego o una habilidad nueva, deben organizar sus actos una y otra.

Además, ejercen siempre un control voluntario extremadamente costoso que implica una fatiga que no siempre es reconocida.

Así pues, no es lo mismo encontrarnos ante un niño de cuatro años que no consigue peinarse con habilidad que con uno que tenga diez con este mismo problema. Es de esperar que el segundo de estos niños ya tenga automatizada la praxis cotidiana del peinado y que el primero se encuentre aún en pleno periodo de aprendizaje de esta actividad.

Para entender mejor esto, recuerda el momento en que aprendiste una actividad nueva que te ha costado esfuerzo; por ejemplo, cuando aprendiste a conducir. Al principio (fase intencional) tienes que estar alerta a todo, totalmente concentrado en cada acción que haces (cambio de marcha, embrague, freno …). Todas estas acciones poco a poco se relegando a otras partes del sistema nervioso central, en el que dejan huella, y se automatizando. Tu sistema nervioso central ha tomado el mando. Esta automatización es la que te permite conducir cada vez con más soltura sin la necesidad de pensar en lo que haces. Imagine como de cansado que sería el día a día si no consiguiéramos eso.

En la escuela, puede afectar a la lectura y la rapidez en la escritura, El manejo espacial del cuaderno, hasta el punto de no conseguir hacer las columnas para las cuentas de sumas y, aún menos, hacer tareas de geometría. En educación física, los niños con dispraxia pueden mostrarse desganados y poco participativos.

En el ámbito familiar, este trastorno puede generar situaciones complejas, Ya que incluso las acciones más cotidianas, como el manejo de la ropa, pueden resultar dificultosas o imposibles.

Resulta muy frustrante saber cómo se hacen las cosas pero no ser capaz de llevarlas a cabo. Por tanto, no debemos subestimar el esfuerzo que realizan estos niños y tenemos que tener en cuenta quenecesitarán más tiempo en las actividades diarias y motivarles, ya que la autoestima puede verse afectada.

Y no debemos olvidar que es necesario transmitir mensajes positivos. Ya lo dijo Daniel Radcliffe (actor de Harry Potter que tiene dispraxia) en una charla, intentando animar una muñeca de diez años: «El hecho de que algunas cosas te resulten más difíciles sólo hará que seas más valeroso, que te esfuerces más y que seas más imaginativo a la hora de encontrar soluciones para los problemas «.

 

Marina Musolas

terapeuta Ocupacional